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viernes, 8 de julio de 2011

Capítulo 18: Fiesta tras fiesta...

Estela me cogió de la mano.
-¿Has visto? Todo esto es de nuestra familia…- me contestó emocionada.
-Demasiado lujoso para mi.
Íbamos caminando por los jardines de la mansión de Claire. Ésta nos había invitado para pasar el día allí,  y Estela había aceptado encantada. Aunque yo no estaba muy contento, porque no sabía si Estela se daba cuenta que su hermana ligaba conmigo. Además, ya hacía un mes que Rachel se había marchado para EE.UU. y yo seguía durmiendo a veces en el hotel, aunque también me quedaba en la casa de Estela. Sinceramente, estar con ella de nuevo después de tantos años, era casi una maravilla; porque era como tener a mi modelo romántica personal.
-Bueno… La decoración la eligió mi hermana. Al igual que el coche principal- me lo estaba contando mientras volvíamos a la piscina.
-Me gusta el coche principal- me paré en seco, y ella se quedó enfrente de mi mirándome.
-¿A si?- me dio un beso- Si no lo has probado, tonto.
Me reí porque en realidad si que lo había probado. Fue en él, donde Estela y yo hicimos el amor por primera vez. Aquella noche la seguía recordando porque me lo pase muy bien…Pero también me recordaba que desde ese día, no la vi durante dos meses porque se puso enferma de gravedad. Los médicos no le decían nada claro, y me prohibieron verla. Y después de esos dos meses, corté con ella. Nuestra relación romántica se tiró por un barranco. Y en ese instante la veía junto a mi, y no lo creía.
Estela y yo nos besamos apasionadamente. Al estar todo el mundo metido en la piscina y nosotros solos, nos daba igual. En verdad, Estela nunca me besaba en público. Cuidaba mucho su imagen dado su trabajo, y también me hizo cuidar la mía cuando salí con ella. Tenía que ir vestido con ropa cara y elegante. Nada de ponerse un pantalón de chándal y ya esta… No. Las revistas del corazón nos sacaban con el título de:
“Nueva pareja Brulloti”
Pero se equivocaron. Yo no estaba para casarme… y menos a esa edad. Mientras nos besábamos, la voz de Claire nos llamó desde la piscina. Era la hora de comer.
En la mesa había todo tipo de comidas y platos. Entre ellos se encontraban productos españoles como el jamón serrano y también productos franceses como un tipo de queso. Me senté entre las dos hermanas. Tenía a Estela a mi derecha y a Claire a mi izquierda. Al lado de ésta, estaba David. Delante de mi, había un hombre alto y bastante musculoso. Su acompañante, una mujer con un cara demasiado alargada pero con buen cuerpo, era la empresaria Jennifer Griff; una mujer que había llegado a los más alto a sus treinta años de edad. Su marido era cocinero de un lujoso restaurante a pesar de su físico. Se llamaba Robert, y no me costó nada ver como cuidaba la comida.
Me presentaron a los veinte invitados que había, y empezamos a comer. Todo estaba muy bueno, y comiendo el postre la gente empezó a hablar con mas confianza.
-Todo muy bueno, Claire. Te felicito por tu comida- le felicitó un hombre anciano.
-Gracias, Eduardo. Me alegro que todos pudieseis venir- Claire alzó su copa de vino- Un brindis por todos.
Todos levantamos las copas, y bebimos a continuación.
-Y Raúl… ¿Cómo conociste a estás hermanas?- me preguntó Harrison.
Éste era un escritor muy conocido entre los españoles. Había publico libros como: “Un día y una noche” y “ Los titanes”, entre algunos. Era un chico delgado pero tenía una novia muy guapa. A veces me impresionaban las chicas demasiado…
-Las conocí gracias a mi aspecto- contesté riéndome. Los demás se rieron, y seguí- No, es broma. Conocí primero a mi Estela, y después a su hermana pequeña.
-¡Que tampoco soy tan pequeña!- me interrumpió Claire.
-Si bueno…- comentó Estela.
-Pero por lo que he visto en las revistas esas de los famosos, vosotros estuvisteis juntos ¿no?- una chica de mi edad más o menos nos preguntó mirándonos a los dos.
-Sí- contestó la hermana mayor- La verdad que fue algo extraño.
-¿Por?- pregunté yo sorprendido.
-Ten en cuenta que tu no estabas en mi grupo de amigos. Eras un chico normal y corriente, pero guapo que conste.
-Y te entre por los ojos- le recordé. 
Me miró como si estuviera cabreada.
-¡Claro que me entraste por los ojos! Con tu pelo rizado- y se rió.
-¿Lo tenías rizado? Oh…- dijo otra chica.
-Aunque necesitó mis consejos…- inquirió Claire dejando su copa en la mesa.
Todos nos reímos de nuevo. Me pensaba que aquella comida no me iba a gustar, pero me equivoqué. Me divertí a la vez que conocía a gente muy interesante. Y me lamenté, porque ya no me acordaba de Rachel. Muy rara vez extrañaba sus besos y abrazos, pero Estela me recompensaba de otra manera mas íntima. Terminó la comida y Claire me llamó desde la cocina. Cuando llegué, me la encontré sola en la cocina, y con dos copas en cada mano. Los demás invitados estaban de nuevo metidos en la piscina, donde Harrison imitaba al presidente.
-¿Te ha gustado la comida?- me preguntó la hermana pequeña dándome la copa.
-Sí, muy bueno todo. ¿Me has llamado para algo?
Asintió con la cabeza. Se apoyó en la encimera, y bebió de la copa.
-Quiero preguntarte algo.
-¿El qué?
-Solo una pregunta- me aseguró. Me dijo que me acercara- ¿Te gusto?
-¿De qué hablas?
Me quedé de piedra. ¿Le gustaba a ella? No me podía creer, el plan iba a salir mejor que nunca. Me preguntó de nuevo, y le respondí:
-Eres guapa. Y para nada eres mala persona ni nada de eso. Te conozco desde hace mucho tiempo, y siempre me has parecido una chica interesante.
-Entonces…- me tocó la barbilla con sus dedos- Si te digo que me beses ahora, ¿lo harías?
-Aquí no.
-¿Y en otro sitio?
Estuve a punto de contestarle, pero David entró en la cocina con una bandeja llena de copas. Nos miró con una sonrisa. Miré lo alejada que estaba  Claire, y resulta que me había hecho hacía atrás al oír los pasos de su novio. Por poco no me había pillado. David dejó la bandeja en la encimera, y miró a su  novia.
-La piscina está muy animada, ¿vas?
-Sí, voy ya.
Él asintió con la cabeza, y salió de la cocina con paso rápido. Claire me miró con una sonrisa de felicidad, y me dijo al oído cuando se acercó:
-Mañana espero ese beso en tu hotel.
Se apartó, y vi como se alejaba. Mañana pasaría algo, me dije, lo sabía. Tenía ese presentimiento de que David sospechaba algo pero yo no tenía nada con Claire.
De momento…

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